Trabajar desde casa puede ayudar en el camino hacia la sostenibilidad. La minimización del impacto de nuestras actividades facilita el freno del cambio climático.
Actualmente en España, según recoge un estudio de la OIT publicado el pasado mes de febrero, sólo el 13% de las empresas contemplan la posibilidad del teletrabajo. Como en él se cita: “La desvinculación del trabajo remunerado de los espacios de oficina tradicional ha sido un factor crucial en este desarrollo. Hoy día, el trabajo de oficina y, en términos más generales, el trabajo basado en el conocimiento, se fundamenta en gran medida en Internet y se desarrolla prácticamente desde cualquier lugar y en cualquier momento.”
Aunque España se encuentra a la cola del teletrabajo dentro de Europa (incluso con el aumento exponencial que se ha llevado a cabo durante el COVID) no podemos negar que el teletrabajo viene acompañado de una serie de beneficios que facilitan la sostenibilidad de una empresa.
El primero de todos y el más evidente es el ahorro de costes. Con la crisis económica, algunas empresas optaron por reducir gastos, dejando a una parte de la plantilla realizar sus tareas desde casa, obteniendo en muchos casos buenos resultados. De esta manera podrían reducir gastos en espacios de oficina y energía.
Por otro lado, al suprimir el traslado de estas personas hasta sus centros de trabajo, se reducirían los atascos, los desplazamientos en coches particulares, y se reduciría la contaminación en los centros empresariales donde se concentran la mayoría de las organizaciones.
Pero estos no son los únicos beneficios de trabajar desde casa. Cada trabajador podría evitar perder muchas horas de desplazamiento cada semana, en favor de la vida familiar y personal. Esto, unido a cierta flexibilidad horaria, daría como resultado trabajadores más felices, que pueden conciliar la vida laboral con la familiar, y que disponen de más tiempo para su desarrollo personal. Sin duda, estas personas, más satisfechas con la organización de su tiempo, resultan ser notablemente más productivas, y registran un menor porcentaje de absentismo.
Aunque como se suele decir no es oro todo lo que reluce. Si bien, el teletrabajo eficazmente gestionado tiene unos resultados muy positivos tanto para la empresa como para el trabajador, también tiene algunas consecuencias negativas. Por un lado si el empleado no es capaz de gestionar correctamente el tiempo de trabajo no llegará a sus objetivos y limitará su crecimiento dentro de la empresa. Además, si no se realiza una adecuada transición hacia el mismo, perderemos el sentido de las relaciones en la oficina y por tanto una poderosa arma en favor del trabajo en equipo.
Es una realidad, la organización del tiempo de trabajo está cambiando, por lo que es necesario que su reglamentación refleje esta circunstancia.