La Unión Europea ha aprobado una medida que prohíbe de la venta de coches de gasolina y diésel a partir de 2035.
Uno de los objetivos de la Agenda 2030 es reducir las emisiones de CO₂ en un 55% en turismos nuevos y en un 50% en el caso de furgonetas a partir de 2030. De cara a 2050, el objetivo es reducir las emisiones de CO₂ en un 100%.
Fras Timmermans, el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable del Pacto Verde, ha explicado que, para llegar a este objetivo, la manera más eficiente es poniendo fin a los coches de gasolina y diesel y apostando por la movilidad eléctrica. La Eurocámara ha dado luz verde a esta legislación con 340 votos a favor, 279 en contra y 21 abstenciones. El Partido Popular Europeo ha destacado por manifestar su inconformidad con la nueva legislación. La preocupación general es que estos coches eléctricos no sean asequibles para todo tipo de bolsillos. Frans Timmermans ha dado a entender que esto no supondrá ningún problema, ya que cada vez los vehículos eléctricos serán más económicos.
Con esta nueva medida, los países Europeos tienen doce años para abastecer el mercado de vehículos eléctricos, así como de mejorar y expandir la infraestructura de recarga de estos. En España, la escasez de puntos de recarga, el precio de los vehículos eléctricos y la escasez de litio para las baterías hace que el reto sea el doble de grande y que sean necesarias ayudas que permitan a los fabricantes adaptarse a la nueva normativa.