En 2019 los inversores europeos destinaron dos veces más a fondos sostenibles que en 2018 por la amenaza del cambio climático para la economía.
Según un análisis realizado por la prestigiosa firma Morningstar, durante el año 2019 se elevó en un 56% la inversión en fondos sostenibles. Se trata de una cantidad récord de 120.000 millones de euros a estos productos, más del doble de los 48.800 millones de 2018. Morningstar limitó su análisis a los fondos que, en su opinión, han integrado a sus carteras estándares medioambientales, sociales y de gobierno corporativo.
Dichos fondos se han convertido en una apuesta por la innovación encontrando que las soluciones sostenibles crecen en Europa a gran velocidad siendo mucho más atractivas que aquellas que incluyen activos en desuso como por ejemplo combustibles fósiles y que están siendo excluidas por la mayor parte de gestoras de activos.
La desinversión puede liberar capital para invertir en compañías que contribuirán a facilitar la transición hacia una economía de bajas emisiones de dióxido de carbono. Estas nuevas inversiones serán clave para cumplir el objetivo de limitar el calentamiento global acordado en la cumbre de París 2015.
Los inversores y las gestoras de activos escandinavos fueron los pioneros de estrategias que incorporaron parámetros medioambientales y de buen gobierno por lo que siguen marcando la hoja de ruta, siendo el referente a seguir.